martes, 5 de abril de 2011

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viernes, 12 de septiembre de 2008

El fundamentalismo en la AMIA

Por Rab. Baruj Plavnik

Raban Yojanan ben Zakai, es uno de los principales precursores del Talmud y una figura clave en la historia de la continuidad judía. Contemporáneo de la destrucción de Yerushalaim en el año 70, trascendió especialmente por el impulso que le dio al estudio de la Torá y la interpretación rabínica.


Negociando con el general romano Vespasiano, fundó la Academia de Yabne y allí reunió a los principales maestros de la Tradición y restauró la autoridad espiritual y así garantizó la existencia del judaísmo en los 2000 años siguientes a pesar de la catástrofe que significo la destrucción del Templo.

Hay un detalle de ese capítulo de nuestra historia que requiere consideración: La leyenda talmúdica nos cuenta que Raban Yojanan ben Zakai, logró salvar al judaísmo huyendo de la ciudad sitiada por el ejército romano. Para hacerlo debió hacerse pasar por muerto y así lograr que sus alumnos lo saquen de la ciudad simulando que lo llevaban al cementerio. Lo que requiere atención es que ese camuflaje fue utilizado por el gran maestro para eludir a los “fanáticos” judíos que dominaban con el terror sicario a toda la ciudad y que llegaron a incendiar las reservas de comida para obligar a toda la población judía a salir a la guerra. En el año 70 Yerushalaim fue destruida por que el fanatismo religioso impulsó una guerra apocalíptica y las primeras victimas judías de esa guerra no fueron muertos por soldados romanos sino por fanáticos judíos.

Dos mil años después considerar el asesinato de Ytzjak Rabin, un incidente aleatorio, es una ingenuidad irresponsable. Hay una corriente de judíos que divide a todos los seres humanos en dos: leales o enemigos. Esa manera bruta de pensar ha logrado configurar un cuerpo doctrinal y una estructura organizativa que actúan con temerario triunfalismo. El cuerpo doctrinal en el que se sustenta, emplea fuentes bíblicas y rabínicas, arbitrariamente seleccionadas y sesgadas pero astutamente articuladas.

La ortodoxia es el camino más directo a la “asimilación”. No solo porque han adoptado los criterios y mecanismos propios de lo más diluyente de la modernidad por ejemplo las estrategias de los pastores electrónicos del evangelismo cristiano, han “cristianizado” el judaísmo con estampitas de sus santos maestros, llegando a sugerir la inminente resurrección de uno de ellos, sino por que por sobre todo están destruyendo el carácter simbólico de las enseñanzas bíblicas y talmúdicas reduciéndolas a una pobre, mezquina y árida literalidad.

La religión es la expresión distintiva de lo humano. La vocación por saber más, por entender más allá de lo inmediato, por “intuir” el origen y el destino, y encontrar el sentido, eso es religión y eso es humano. De la vocación religiosa del ser humano, nace la palabra, la ciencia y el arte. También la política.

La historia enseña que cada vez que se intentó encerrar la vocación religiosa en una sola palabra, en un solo conocimiento, en una sola forma artística o en un solo modelo político, se construyó un mesianismo perverso.

El discurso fundamentalista no es novedad. Las ideas antisionistas de los “jareidim” que hace 30 años se despreciaban como expresiones de marginales en extinción… no se extinguieron. Se perfeccionaron y absorbieron a Agudat Israel y Mizraji. La dinámica de la intolerancia y el fanatismo tiene un agente no despreciable en la confrontación con el pueblo palestino y los árabes pero desde mi perspectiva de judío religioso moderno son dos los factores que más me inquietan y que tienen un común denominador: La vanalización contemporánea de la vida y la irresponsable tibieza y ambigüedades de los dirigentes laicos.

Los pretendidos judíos “genuinos” que hoy presiden la AMIA, no son judíos realmente “ortodoxos”, son apenas grotescas caricaturas. Sin autenticas diferencias conceptuales hay además otros dirigentes que levantan banderas progresistas pero al igual que los otros miran al judaísmo en remanentes postales del pasado y entre la nostalgia y el aturdimiento espiritual tratan de seguir haciendo negocios. Como en los negocios el lenguaje es muy simple y es fácil llegar a entendimientos que no comprometan seriamente, todo se arregla y seguimos para adelante.

Entre tanto el pueblo judío – el pueblo, los que no aspiran a ser dirigentes o a colarse entre ellos – espera azorado el mensaje que los inspire en la próxima generación.

Hoy el discurso ortodoxo fundamentalista ataca con palabras a los árabes pero lastima de verdad a los judíos, aquellos que son humillados con interrogatorios inquisitoriales cuando quieren enterrar a sus seres queridos en Tablada, aquellos que ven dolorosamente quebradas sus vidas familiares porque sus hijos y hermanos son seducidos por los mensajes adictivos y sectarios que les prometen la más completa realización si rechazan a sus padres y hermanos que no comen kasher (del almacén propio) o no observan las reglas según tal o cual rabino.

Hay un mundo hostil y rudo que el Ser Humano ha confrontado desde el fondo de la historia con su inteligencia y sensibilidad. En esa lucha el pueblo judío ha contribuido exitosamente más allá de todas las medidas estadísticas. La ciencia, la belleza y la bondad florecen cultivadas por lo humano y prevalece a pesar que frecuentemente son muchos los que por ignorancia, ingenuidad o imbecilidad, prestan su inteligencia a la violencia y la destrucción.

El nombre de esos patéticos ideólogos del odio será olvidado (pronto si los que tienen la responsabilidad hacen lo que deben hacer). Al final de los tiempos prevalecerán enseñanzas de rabinos como Raban Yojanan ben Zakai quien hace 2000 años dijo (Mejilta de Rabi Ishmael – Parashat Ytro) ¿Que hay para aprender de las prescripciones de la Tora respecto de las piedras permitidas para construir el altar, respecto de las cuales fue escrito que sean integras – “shlemot” (Deut 27:6) y que ningún instrumento de hierro se alzara sobre ellas? Debemos concluir que más aún deben ser las palabras que usamos, porque si las piedras son capaces de lograr la paz – “shalom”, cada vez que somos capaces de promover la paz entre un hombre y su prójimo… entre un pueblo y otro… entre un gobierno y otro… la recompensa del cielo llegará.

Fuente: Blog Por un judaísmo sin fundamentalismos

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El fundamentalismo en la AMIA - Ing. Israel (Cacho) Lotersztain

Esta carta de Israel Lotersztain sobre una charla de contenido claramente fundamentalista y racista en AMIA nos ha llegado. La compartimos con los lectores.

Amigos:

En la noche del 3 de Septiembre de 2008, ante un aviso aparecido en la primera página del Boletín de la AMIA, fuí a escuchar una conferencia cuyo título me atrajo: 'La guerra del Medio Oriente llega a su fin. ¿Profecía?'.

La misma sería dictada por el Rabino Prof. Yechiel Weizman, especialmente invitado desde Israel y entusiastamente presentado al público por el actual Presidente de la AMIA, Guillermo Borger, quien anunció además que esta sería la primera de una serie de actividades de este tipo por la cual felicitaba a la Comisión de Cultura. Es de hacer notar que la charla comenzó media hora tarde; aparentemente el Rabino quería que hombres y mujeres estuvieran en salas distintas. Finalmente y ante la resistencia de muchos de los presentes se acordó que los hombres ocuparan las primeras filas y las mujeres las traseras.

La charla, cuya transcripción grabada he solicitado pero por la reacción dudo poder conseguir, fue asombrosa en numerosos aspectos que mi memoria procurará recordar, con todos los riesgos inherentes a no ser fiel, por lo que desde ya pido disculpas. Ilustrada en Power Point, se presentaba con un título diferente al anunciado: 'Las guerras de Ishmael', con una foto de una mujer encapuchada llevando una bandera palestina y un fusíl en la mano. Básicamente giraba en torno a tres ejes:

El primero, una feroz, sistemática e indiscriminada diatriba contra el Islam en general. Al estilo de los antisemitas para los cuales todos los judíos son avaros, cobardes, plutócratas, comunistas, o lo que fuera en cada momento, los mil millones pertenecientes al Islam son todos, sin excepción alguna, asesinos ávidos de sangre decididos a conquistar al mundo e inmolarse en esa misión si fuera necesario. Lo asombroso además es como se tomaban los pasajes de la Biblia que son particularmente bondadosos y hasta tiernos con la esclava de Abraham, Agar, de la que nace Ishmael, medio hermano de Isaac, y se los distorsionaba y reinterpretaba para que se ajustaran a esa postura racista y discriminatoria.

El segundo eje pasaba por plantear la crisis en el Medio Oriente en una visión de un fundamentalismo más absoluto. El proceso de paz de Oslo es un absurdo total, la Hoja de Ruta aprobada por el mundo e Israel un sinsentido, los 'Ishmaelitas' nunca se conformarán con los territorios que se les otorgue y pedirán más: Beer Sheva, Haifa, tel Aviv, Tveria, etc. Pero no solo la paz no funciona: la guerra, la fuerza, también es ya imposible. Israel tuvo que enfrentar muchas guerras y salió victorioso. Pero este nuevo desafío que le ha planteado Ishmael a partir de la Intifada no tiene solución: contra suicidas dispuestos a inmolarse no hay defensa posible, este desafío es el peor de todos, no solo para Israel, para el mundo entero.

El tercer eje, quizá el más asombroso, pasaba por culpas y profecías. Planteaba que ninguna otra religión, salvo la judía, podía profetizar hechos humanos con 2700, 1800 o 500 años de anticipación, como lo habían hecho nuestros sabios del pasado, inspirados por Dios, que habían previsto exactamente esta situación. Esta, la actual, el conflicto con Ishmael, fue profetizado como la 'Quinta Diáspora', y sería la peor, la más catastrófica para el pueblo judío. Las cuatro anteriores: Babilonia, Persia, Grecia, Roma, fueron un juego de niños. Hasta el Holocausto, con todo su dramati smo, no fue tan terrible ya que la actual batalla planteada por Ishmael, como vimos, no tiene solución. ¿Y cual es la causa de tal situación? Las profecías de la Mishná lo revelan claramente: antes de la llegada del Mesías el estado de cosas será calamitoso, debido a la falta de fé de los gobernantes. Y allí radica el centro de la cuestión, Israel no respeta la ley de Dios. El ejemplo más claro fue una foto que reiteraba machaconamente: se veía el Muro de los Lamentos y atrás, como si estuviera sobre el Muro y oprimiéndolo: la Mezquita de El Aqsa en el lugar sagrado del Monte del templo. Y en Israel se permite tal abominación.

Pero esto viene de antes, desde el origen. Israel fue creado por judíos ateos, siendo Ben Gurión el ejemplo más patente. Se le rogó que en la Declaración de la Independencia de Israel colocara la frase 'Beezrat Hashem', con la ayuda de Dios, y se negó... Ahora se pagan las terribles consecuencias de su falta de confianza en el Altísimo. Y el mundo también las paga: orgullosamente crea cosas, maravillas tecnológicas como computadoras (usaba una lap top!), satélites, aviones, viajes espaciales, pero no tiene fe en Dios. Por eso Ishamael lo castiga: en Madrid, en Londres, en las Torres Gemelas, en Buenos Aires también fuimos castigados (supongo que también por nuestra falta de fé).

Confieso que hasta allí lo soporté, y no esperé la revelación de cuando llegará el Mesias. Para mí, en ese lugar, esas palabras del rabino Weizman tan entusiastamente presentado por el Presidente de la AMIA, eran particularmente insoportables. Allí estudié de Moré judío, y recibí innumerables lecciones de mis maestros de un judaísmo generoso, tolerante, ilustrado, en el cual la justicia para todos los hombres era el corazón mismo de su existencia, su justificación histórica. En particular Ben Gurión, con todos sus defectos y errores, que los tuvo sin duda, representaba una figura emblemática. Que en ese lugar se escucharan tales palabras, que no se las cortara de raiz sino que aparentemente se las aprobara con admiración, era más que lo que mi estómago podía soportar.

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lunes, 21 de julio de 2008

Hoy: Acto de Memoria Activa por el 14º aniversario del atentado a la AMIA



Convocamos al acto de Memoria Activa en homenaje a las víctimas del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) que se llevará hoy lunes 21 de julio a las 9.30 en Plaza Lavalle (enfrente a Tribunales). Este acto se realizará en el marco del 14º aniversario del atentado a la AMIA que dejó 85 muertos el 18 de julio de 1994.

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