El primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el líder palestino Mahmud Abás regresan a la región después de haber sentado en Annapolis, Maryland, las bases para comenzar negociaciones de paz entre ambas partes. Sin embargo, sus respectivos adversarios parecen resueltos a obstaculizar esos proyectos.
Los dos partidos de la coalición de Olmert, formaciones de derecha y extrema derecha que cuentan con el apoyo de los colonos, y los movimientos radicales palestinos de Hamas y la Yihad islámica, apoyados por Irán, son los principales escollos para la aplicación de los acuerdos.
“Nos pasaremos inmediatamente a la oposición si parece que las negociaciones se encaminan hacia un acuerdo que permita el regreso a Israel de refugiados palestinos, la partición de Jerusalén y el desmantelamiento de las localidades judías (colonias) de Judea Samaria” (Cisjordania), dijo ayer Yossi Levy, portavoz del partido Israel Beitenu.
Las cuestiones enumeradas por Levy constituyen el núcleo de la problemática israelí-palestina. Olmert se apoya en una coalición de 78 diputados de los 120 que integran el parlamento monocameral o Knesset.
Hamas, considerado en Occidente como una organización terrorista, advirtió que considerara una “declaración de guerra” el arresto de sus miembros como parte de un intento por detener los ataques a Israel.
Hamas amenaza que “erradicará” a Israel mediante la resistencia armada, en un comunicado con motivo del 60.º aniversario de la votación con que las Naciones Unidas (ONU) aprobó la división de Palestina en un Estado árabe y otro judío.
El movimiento islamista pidió, además, que la ONU “revise inmediatamente” la resolución 181, votada hace exactamente 60 años en Nueva York, la cual permitió la creación de Israel y que causó “la división de Palestina y todo lo que siguió en términos de sufrimiento y catástrofes”.
Hamas alega que “los judíos no tenían un lugar en esta tierra”, por ello, “no reconoce ninguna resolución internacional”.
Fuente: La Prensa Gráfica
Los dos partidos de la coalición de Olmert, formaciones de derecha y extrema derecha que cuentan con el apoyo de los colonos, y los movimientos radicales palestinos de Hamas y la Yihad islámica, apoyados por Irán, son los principales escollos para la aplicación de los acuerdos.
“Nos pasaremos inmediatamente a la oposición si parece que las negociaciones se encaminan hacia un acuerdo que permita el regreso a Israel de refugiados palestinos, la partición de Jerusalén y el desmantelamiento de las localidades judías (colonias) de Judea Samaria” (Cisjordania), dijo ayer Yossi Levy, portavoz del partido Israel Beitenu.
Las cuestiones enumeradas por Levy constituyen el núcleo de la problemática israelí-palestina. Olmert se apoya en una coalición de 78 diputados de los 120 que integran el parlamento monocameral o Knesset.
Hamas, considerado en Occidente como una organización terrorista, advirtió que considerara una “declaración de guerra” el arresto de sus miembros como parte de un intento por detener los ataques a Israel.
Hamas amenaza que “erradicará” a Israel mediante la resistencia armada, en un comunicado con motivo del 60.º aniversario de la votación con que las Naciones Unidas (ONU) aprobó la división de Palestina en un Estado árabe y otro judío.
El movimiento islamista pidió, además, que la ONU “revise inmediatamente” la resolución 181, votada hace exactamente 60 años en Nueva York, la cual permitió la creación de Israel y que causó “la división de Palestina y todo lo que siguió en términos de sufrimiento y catástrofes”.
Hamas alega que “los judíos no tenían un lugar en esta tierra”, por ello, “no reconoce ninguna resolución internacional”.
Fuente: La Prensa Gráfica
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