Por Ari Shavit - Traducción: Pablo Pejlatowicz
Publicado en Nueva Sión
Israel necesita a Meretz más que nunca. Con el retroceso de las perspectivas de paz en el horizonte, Israel necesita urgente un partido pacifista como Meretz.
Cuando el estado de derecho es objeto de ataques, Israel necesita un partido de derecho como Meretz.
Cuando los ricos hacen lo que quieren en este país, Israel necesita un partido social-demócrata como Meretz.
Cuando el primer ministro se rinde incondicionalmente a Shas -el partido religioso ortodoxo-, Israel necesita un partido secular como Meretz.
Incluso aquellos que no están conformes con cada punto y coma de la Iniciativa de Ginebra debe tener la esperanza que las elecciones primarias de la dirigencia de Meretz que se realizarán la semana que viene, renueven y refuercen el partido de derechos humanos de Israel.
La actual situación de Meretz no es brillante. El partido que una vez fue elegante y popular, a lo largo de los años, se convirtió en gris y polvoriento. El partido de la juventud radical se convirtió en establishment y se calcificó. El envejecimiento prematuro superó a este partido de la izquierda sensata.
Perdió el espíritu de lucha que fue su alma y corazón. Perdió su relevancia e inmediatez. Perdió su capacidad de ofrecer verdaderas noticias a los jóvenes, los subversivos, los Verdes y los buscadores de justicia. Por lo tanto, si no elige sabiamente la próxima semana, Meretz es susceptible de convertirse en una versión de bolsillo de su hermano mayor, Avodá -laboristas-.
El establishment de Meretz considera que la mejor persona para rehabilitar el partido es Haim "Jumes" Orón. Yossi Beilin, Shulamit Aloni y Amos Oz anunciaron su apoyo a Oron. Él es, en efecto, un candidato digno, juicioso, responsable y agradable. Él es alguien a quien todo el mundo ama amar.
Pero, ¿es realmente ‘Jumes’ el hombre de principios que pueda reencender el fuego de Meretz? ¿Oron ofrecerá el nuevo rostro que se ganará la confianza de los jóvenes y competirá con el ascenso de los Verdes? El hombre que, junto a Haim Ramón, desmanteló Hevrat Ha'Ovdim (la compañía del Congreso de la Federación Obrera), es más establishment que cualquiera de los miembros del establishment gobernante. Sus virtudes son aquellas de los altos funcionarios del laborismo, no las del líder de un partido radical basado en los valores que necesita un espíritu fresco.
Zahava Gal-On es lo contrario de Oron. No cualquiera la ama. Gal-On no envuelve a los dirigentes del país en algodón, los combate. Sin embargo, en una era degradada de la política, ella prueba, día tras días, que una manera distinta es posible.
Gal-On (como Shelly Yachimovich) tiene una parte anatómica que a la mayoría de los hombres en la Knesset le falta: una columna vertebral.
Y donde hay una columna vertebral, también hay una voz. Una voz que habla a favor de los derechos de las mujeres, los palestinos y los trabajadores extranjeros. Una voz que habla en contra de quienes corrompen y quienes son corrompidos. Una voz que habla por el imperio de la ley y contra los que la atacan. Una voz que habla en contra de la última guerra y contra el gobierno de cínicos que puede arrastrarnos a la próxima guerra.
Los miembros de Meretz deben ser sinceros con ellos mismos: actualmente no tienen un solo candidato de liderazgo que sea capaz de restaurar la gloria pasada del partido. Sólo una dirección conjunta de Orón y Gal-On es capaz de hacer el trabajo. Y debido a que el establishment pondrá a Orón en la parte superior, los miembros ordinarios deben asegurarse de que Gal-On este allí también.
Sin la brújula moral y la firme voz de Gal-On, Meretz no encontrará su camino.
Fuente: Nueva Sión
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