Un joven iraní de 19 años, Mehdi Kazemi, ha visto rechazadas dos solicitudes de asilo político, en Gran Bretaña y Holanda. O se produce una decisión que cambie su situación en los próximos días o podría ser deportado a Irán, donde le espera una condena a muerte por homosexualidad. Su novio ya fue ejecutado por el régimen de Teherán.
Mahmud Ahmadinejad, presidente iraní, provocó una lluvia de críticas cuando dijo en la Universidad neoyorquina de Columbia que en Irán "no hay homosexuales". Parece que sí los hay, pero Teherán ha encontrado un modo sencillo de deshacerse de ellos, una soga al cuello.
Lo triste no es la radical "medicina" que aplica Irán a sus homosexuales, sino la insensibilidad de dos gobiernos europeos orgullosos de su defensa de los derechos humanos, Gran Bretaña y Holanda, que han rechazado dar asilo a Kazemi. Londres justifica su decisión diciendo que si los homosexuales iraníes son "discretos" en sus comportamientos, no serán perseguidos en su país.
El gobierno de Gordon Brown, como antes el de Blair, quiere mostrar a sus ciudadanos que defiende las fronteras con mano dura. Kazemi, a la vista de la rotunda negativa británica, huyó a Holanda antes de ser deportado por Londres. A las autoridades holandesas volvió a pedir asilo, pero el Tratado de Dublín, que regula estas decisiones en suelo europeo, dice que la decisión corresponde "al primer país de entrada en la UE", por lo que ha sido devuelto a Londres. Sesenta diputados británicos han pedido a Gordon Brown que no lo deporte.
Kazemi escribió al gobierno británico: "Me gustaría informar al secretario de Estado que yo no viajé a Inglaterra para pedir asilo, sino para estudiar y volver a mi país. Pero en los últimos meses mi situación allí ha cambiado. Las autoridades iraníes descubrieron que soy homosexual y me están buscando". La eurodiputada británica Sarah Ludford ha conseguido que los eurodiputados voten una resolución que pide que no se deporte al joven.
Friso Roscam Abbing, vocero de la Comisión Europea sobre asuntos de Justicia, Libertades y Seguridad, explicó a Clarín que "la Comisión no tiene consideraciones que hacer sobre casos particulares, pero las reglas son claras y el país responsable de aceptar o denegar el asilo es el primero al que haya llegado en Europa quien pidió asilo".
En el mismo caso que Kazemi se halla Pegah Emambakhsh, una lesbiana de 40 años, que llegó a Londres luego de que su novia fuera detenida en Irán y condenada a ser lapidada. Amnistía Internacional estima que más de 200 personas son ejecutadas cada año en Irán por homosexualidad, más de 4.000 desde 1979, año de la llegada al poder de los ayatollahs.
Fuente: Clarín
viernes, 14 de marzo de 2008
La odisea del gay iraní que será deportado por la Unión Europea
Secciones: Comunidad Judía, Medio Oriente, Noticias 2007-2008
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