La presión contra el primer ministro israelí, Ehud Olmert, para que abandone su cargo aumentó ayer de forma dramática después de que la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, pidió a sus correligionarios del partido Kadima que «se deben realizar elecciones primarias lo antes posible». Esto se suma a las presiones del ministro de defensa Ehud Barak que ponen en jaque la alianza entre Kadima y Avodá. Olmert se quedó solo.
Las declaraciones de Livni, segunda en el Gobierno, causaron impacto en la sociedad y en Kadima, el partido que Olmert lidera y al que pidió antes «más tiempo» para probar su inocencia en la investigación policial por corrupción. «La mayoría debe involucrarse en la elección de la dirección. Esto nos permitirá recuperar la confianza en nuestro partido», agregó Livni, la persona que cuenta con más opciones para ocupar el puesto de Olmert si abandona el poder.
El empresario estadounidense Moris Talansky desató el martes una serie de reacciones que aún no ha concluido cuando dijo que entregó a Olmert alrededor de 150.000 dólares para pagar cuentas de su campaña electoral pero, sobre todo, para gastos personales que incluyen cenas, vacaciones y viajes en primera.
El primero en pronunciarse de forma categórica fue el ministro de Defensa, Ehud Barak, quien dijo el miércoles que «Olmert debe alejarse del Gobierno», ya que es difícil que en estos momentos pueda atender al mismo tiempo asuntos tan delicados del país como la seguridad mientras intenta probar su inocencia.
La ciudadanía le da la espalda
Aunque Olmert continúa con su agenda y se aferra a su cargo, la mayoría de la opinión pública le da la espalda y los dos ministros más importantes de su Gobierno, Barak y Livni, le retiraron su apoyo, según los pronunciamientos de las últimas horas. Asimismo, el canal 2 de la televisión divulgó ayer los resultados de una encuesta, según la cual el 62 por ciento de los israelíes está de acuerdo con anticipar las elecciones.
El ministro de Seguridad Interna, Avi Dichter, también anunció ayer su intención de presentarse para reemplazar a Olmert en la dirección del partido y dijo que «no puede haber un primer ministro a tiempo parcial. Olmert y el Gobierno tienen que sentarse y tomar una decisión». A estas declaraciones se suman las de Barak, quien dijo ayer por la tarde que «el primer ministro y las diferentes facciones tienen que tomar decisiones. Si ellos no lo hacen, nosotros los haremos».
Ante la salida de Olmert, los analistas mencionan la posibilidad de un gobierno de unidad entre el partido Likud, que lidera el ex primer ministro Netanyahu, y Kadima.
viernes, 30 de mayo de 2008
Olmert se queda solo en su lucha por seguir como primer ministro
Secciones: Comunidad Judía, Medio Oriente, Noticias 2007-2008
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