La festividad, que comenzó anoche al salir la primera estrella. Conmemora la salvación de los judíos por un decreto que pretendía aniquilarlos. Durante la jornada se leerá la “Meguilat Esther”, en honor a la reina que convenció a su marido de la nulidad del edicto, y se organizan reuniones de disfraces.
Purim es una festividad que no sólo debe llegar a las personas por medio de la razón sino que debe ser “una verdadera experiencia de regocijo”, explican los sabios.
La celebración conmemora la salvación de la orden de aniquilar a los judíos dispuesta por Amán, un funcionario de Rey Asuero de Persia.
Una de las costumbres más tradicionales de Purim es disfrazarse, lo que la acerca a una especie de carnaval. En sintonía con el espíritu festivo, en Israel los diarios publicaron suplementos especiales con noticias absurdas o humorísticas.
“Las primeras expresiones teatrales judías tuvieron su origen en Purim, alrededor del siglo XV. El día de la festividad, los actores irrumpían en las viviendas del vecindario judío, y representaban una obra vinculado con el relato de la “Meguilat Esther”, asegura el portal de Bama (la casa del educador judío).
Uno de los mandamientos de la celebración es enviar alimentos y bebidas como regalo, y realizar donaciones; esta costumbre se denomina "Mishloaj Manot".
Entre los judíos de ascendencia europea o Ashkenazic tradicionalmente se consumen las hamentasjén, galletas triangulares rellenas de fruta que representan el sombrero de tres picos que utilizaba Amán.
En Buenos Aires, las comunidades religiosas organizan fiestas de disfraces para la celebración.
La AMIA, a través de su Departamento de Cultura, propone una “tarde distinta” con música, bailes, disfraces, homen tashn (pastelitos tradicionales) y un show en vivo de la Orquesta Kef.
La cita será el domingo, a las 18.30, en la Plazoleta Pugliese, ubicada en la intersección de las avenidas Corrientes y Scalabrini Ortiz, de Buenos Aires.
BK-GT
Fuente: AJN
Purim es una festividad que no sólo debe llegar a las personas por medio de la razón sino que debe ser “una verdadera experiencia de regocijo”, explican los sabios.
La celebración conmemora la salvación de la orden de aniquilar a los judíos dispuesta por Amán, un funcionario de Rey Asuero de Persia.
Una de las costumbres más tradicionales de Purim es disfrazarse, lo que la acerca a una especie de carnaval. En sintonía con el espíritu festivo, en Israel los diarios publicaron suplementos especiales con noticias absurdas o humorísticas.
“Las primeras expresiones teatrales judías tuvieron su origen en Purim, alrededor del siglo XV. El día de la festividad, los actores irrumpían en las viviendas del vecindario judío, y representaban una obra vinculado con el relato de la “Meguilat Esther”, asegura el portal de Bama (la casa del educador judío).
Uno de los mandamientos de la celebración es enviar alimentos y bebidas como regalo, y realizar donaciones; esta costumbre se denomina "Mishloaj Manot".
Entre los judíos de ascendencia europea o Ashkenazic tradicionalmente se consumen las hamentasjén, galletas triangulares rellenas de fruta que representan el sombrero de tres picos que utilizaba Amán.
En Buenos Aires, las comunidades religiosas organizan fiestas de disfraces para la celebración.
La AMIA, a través de su Departamento de Cultura, propone una “tarde distinta” con música, bailes, disfraces, homen tashn (pastelitos tradicionales) y un show en vivo de la Orquesta Kef.
La cita será el domingo, a las 18.30, en la Plazoleta Pugliese, ubicada en la intersección de las avenidas Corrientes y Scalabrini Ortiz, de Buenos Aires.
BK-GT
Fuente: AJN
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