miércoles, 12 de marzo de 2008

Vélez lamenta la pérdida de su principal embajador


Raúl Gamez, ex presidente del club Vélez Sársfield e íntimo amigo expresó su pesar por el deceso de Jorge Guinzburg, al tiempo que contó la historia del cómico junto a su querido Fortín.

Jorge Guinzburg era fanático de Vélez Sarsfield. Nunca lo ocultó. Tenía su palco en el José Amalfitani, al que no faltaba nunca cuando jugaba su equipo, era amigo del ídolo máximo del club, Carlos Bianchi, y siempre que podía viajaba para acompañar al plantel.

Hoy la página oficial del club de sus amores le dedicó un espacio para despedirlo bajo el título: "Se fue un genio".

"Era un embajador del club, para nosotros es una pérdida terrible porque siempre estuvo en las buenas y en las malas y, por sobre todas las cosas, porque era un tipo de bien, sencillo, humilde…", explicó el ex presidente de Vélez y amigo personal de Guinzburg, Raúl Gamez a Infobae.com.

Todavía quedan las huellas marcadas de la vuelta olímpica que dio junto al plantel, en Tokio 1994, cuando su querido equipo, Vélez Sarsfield, derrotó al poderoso Milán de Italia por 2-0 y se consagró por única vez en la historia campeón del mundo. "No me voy a olvidar nunca esos abrazos que nos dimos en la cancha, cuando festejábamos la Copa Intercontinental", explicó Gámez.

Vecino del barrio del barrio de Villa Luro, cerca de la vieja cancha del club, Gamez mantiene en la memoria aquellas imágenes. "Me acuerdo de verlo en la popular, de joven. Siempre fue de seguir al equipo y vivimos juntos aquella gloriosa etapa del 68’ cuando conseguimos el primer campeonato".

Sin dudas, uno de los grandes orgullos de la hinchada de Vélez es tenerlo entre sus simpatizantes más reconocidos. “Para nosotros Jorge es lo mismo que Fontanarrosa para los hinchas de Central, por ser un genio en su profesión y un tipo de bien, solidario, caballero”, continuó el ex presidente.

En cuanto a la relación de Guinzburg con el equipo de la década del 90’, etapa de gloria del club, Gamez comentó: “No se perdió ni un partido de la época dorada de los noventa. El era un poco más joven que nosotros, pero nuestras camadas velezanas vivimos muchas frustraciones deportivas, porque el club crecía pero no llegaban los logros. Por eso, los que, después, llegamos a vivir los campeonatos de la época dorada lo disfrutamos mucho más. Porque era la oportunidad de volver a copar la parada, los bares, las conversaciones y llevar a Vélez a lo más alto”.

Para el final, Gamez dejó un sueño que Guinzburg hubiese querido cumplir. “Quería ser presidente de Vélez, siempre lo decía y a mí la idea me entusiasmaba de sobremanera, porque era un tipo querido por toda la gente, culto, inteligente. Hubiese sido un gran dirigente”.

Fuente: Infobae

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