En la portada del número 407 del periódico COMUNIDADES fue publicado el titular “El Orgullo gay y otras desviaciones. ¿Quién discrimina a quién? Un enfoque psicoanalítico y judaico”. Este artículo, que ocupó las páginas 4 y 5 de dicho número, fue titulado “Sobre la supuesta elección sexual (Parte I)” escrito por Susana Grinberg. El mismo, tuvo su segunda parte en el número 408 de este periódico, que en esa oportunidad fue publicado bajo el título “El mito de Narciso (Parte II)”.
Antes de ponerme a analizar este texto (cuyo carácter homofóbico es notorio) quisiera, brevemente, volcar en palabras un recuerdo que se me viene a la mente en este mismo momento. Hace unos años un conocido mío hizo un comentario bastante antisemita estando yo presente. Ante mi disgusto, un amigo mío le dijo “No me hables más, con antisemitas no hablo”. Esa misma tarde, conmovido, le pregunté: ¿por qué te sentiste tan ofendido como yo? ¿por qué hiciste eso? Y me respondió: “Dami, no necesito ser judío para defender a un judío. Como ser humano, cualquier discriminación me molesta por igual”.
Esa anécdota se me viene a la memoria cuando algunas personas me preguntan: ¿por qué defendés a los gays si sos heterosexual? Y les respondo (citando a mi amigo): “¿Qué tiene que ver? No hace falta ser homosexual para defender los derechos de los homosexuales. Del mismo que no hace falta ser judío para rechazar el antisemitismo”.
Mi postergada respuesta a estos textos (publicados a fines del año pasado) tiene una única razón: esperé un año para ver si la Editorial del periódico Comunidades publicaba alguna disculpa para con la comunidad homosexual o, al menos, manifestaba en alguna nota editorial que aquel texto era sólo una posición de la columnista que la escribió y que la editorial no compartía de ninguna manera esos prejuicios homofóbicos. Lamentablemente, mi larga espera fue en vano dado que ninguna nota editorial intentó disculparse ni diferenciarse de estos textos, lo cual tampoco es llamativo pues si los mismos pudieron ser tapa del periódico COMUNIDADES, sería ilógico pensar que la editorial rechaza las ideas publicadas en dicha nota.
El primer texto “Sobre la supuesta elección sexual (Parte I)” empieza haciendo un análisis de la homosexualidad citando diversas teorías psicológicas. Casi al final del mismo afirma “Es conocido que la madre de un homosexual es, a menudo, un marimacho, capaz de expulsar al padre de la posición que le corresponde: cuando el padre falta desde el comienzo o desaparece tempranamente, el varoncito suele quedar librado al influjo femenino. Parece que la presencia de un padre fuerte (…) asegura al hijo varón la decisión correcta por alguien del sexo opuesto”.
En esta breve cita ya encontramos -además de una posición machista que se repetirá a lo largo de ambos textos- una serie de prejuicios que vamos a ir ‘recolectando’ a lo largo de los textos.
¿La madre de un homosexual es, a menudo, un marimacho? ¿En qué estudio se basa la autora para afirmar esto? Por lo visto ella es Todopoderosa y sabe cuál es la decisión correcta y la decisión incorrecta en la elección sexual. Si seguimos leyendo el final de este primer texto, la autora da su “enfoque psicoanalítico y judaico” afirmando “Otra cuestión a considerar es que muchas veces se ha caído en el error de suponer que el homosexual tiene una sensibilidad especial por ser homosexual y no por ser un sujeto que deviene en artista más allá de la elección sexual que haya hecho y que concierne su vida privada”. Y aquí nos hace una nota pie de página en la que asegura: “En los años del Proceso, algunos detenidos, fueron violados por hombres de seguridad y sometidos a toda clase de vejámenes sexuales. Ninguno de esos violadores, con claras tendencias homosexuales, eran artistas. Digo ‘tendencias homosexuales’ porque si no las hubiesen tenido, jamás esos hombres hubieran sido capaces de violar a otro hombre”.
¡Vaya, vaya! Estos argumentos engañosos son la estrategia más prejuiciosa y discriminatoria posible con la que la autora intenta difamar y demonizar la homosexualidad. Según la lógica que plantea la autora, los hombres de seguridad eran violadores y abusadores sexuales porque eran homosexuales, aquí lo vemos: “digo ‘tendencias homosexuales’ porque si no las hubiesen tenido, jamás esos hombres hubieran sido capaces de violar a otro hombre”. Cuando, en realidad, la causa de esas violaciones sexuales era que los hombres de seguridad eran psicópatas y sexópatas y no, lógicamente, la homosexualidad. La causa de esos abusos era que los hombres de seguridad eran violadores, psicópatas, no sus tendencias homosexuales.
¡Qué raro que una psicoanalista no advierta esto! ¿Acaso no existen violadores heterosexuales? Si esos hombres hubieran sido heterosexuales ¿no hubieran violado a mujeres en las cárceles? ¿No es lo mismo eso? ¿O acaso durante la dictadura fascista no se violaba también a las mujeres en las cárceles? Sí, claro que sí. ¿Y por ello vamos afirmar que “las tendencias heterosexuales de esos violadores eran la causa de dichos abusos” y que “si no hubieran tenido esas tendencias heterosexuales jamás hubieran sido violadores”? ¡Por favor…! ¡Qué “argumentos” sin sentido!
Estos discursos, estos prejuicios son los que se utilizaron históricamente para atacar y aislar a los homosexuales en todas las sociedades. Esta misma palabra que aparece en la portada de COMUNIDADES “desviaciones” la usó el Nazismo, el Fascismo, la dictadura militar (porque parece que la autora olvida que en la dictadura también se reprimió homosexuales en las pocas manifestaciones que hicieron) y la usan los regímenes teocráticos que en este periódico tanto se critican. Así es. En las cámaras de gas también murieron decenas de miles de homosexuales con el mismo argumento de que eran “desviados” y “pervertidos”. Así como a nuestros ancestros les ponían una estrella amarilla con la palabra ‘JUDE’, a ellos les ponían un triángulo rosa, para humillarlos (igual que a nosotros) y después llevarlos a las cámaras de gas. Y a los que eran judíos y gays, les ponían una estrella de David con un triángulo rosa y uno amarillo para que sean identificados como ‘doblemente desviados’ y esos eran los primeros en ser deportados, torturados y asesinados por “desviados sexuales” y “desviados raciales”. Además de ser perseguidos en la Shoá, en el régimen de Mussolini, en el de Franco y en otros regímenes fascistas, es sabido que centenares de homosexuales y lesbianas son perseguidos, ahorcados o apedreados (hoy en día) en Irán, en Arabia Saudita y en otros países para los que el acto homosexual implica la pena de muerte. Sí, Mahmoud Ahmadinejad, el presidente de Irán (tan criticado en COMUNIDADES por ciertos temas) estaría muy satisfecho al leer el texto de Susana Grinberg.
La continuación de este artículo, publicada en el siguiente número de COMUNIDADES, se titula “El mito de Narciso (segunda parte)”. El texto empieza así “¿Por qué es tan importante la heterosexualidad? Porque es la posibilidad de amar a alguien no sólo fuera de la endogamia sino a alguien absolutamente diferente. La heterosexualidad es lo más alejado de la discriminación porque pone en juego la diferencia, lo no igual. En cambio, el homosexual (…) busca como objeto sexual a alguien que sea idéntico, rechaza la diferencia (…) Paradójicamente, quien más dice ser discriminado, discrimina y detenta un poder que se apoya sobe el supuesto orgullo de ser gay”.
‘Discriminar’ significa tratar con sentido de inferioridad a una persona por su religión, etnia, nacionalidad, color de piel o condición sexual. ¿Qué tiene que ver eso con amar a una persona del propio sexo?
Pero la afirmación más discriminatoria y prejuiciosa aparecerá más adelante: “…el amor homosexual podría conllevar consecuencias semejantes a la bomba atómica pues, por la vía del amor a lo idéntico y del rechazo a la diferencia sexual, que no es sino el rechazo a la procreación, pone en juego la posibilidad de que sea posible el exterminio de la humanidad”.
Creo que la cita habla por sí sola. Es el famoso prejuicio que considera que los homosexuales son como “la bomba atómica” y “peligran la continuidad de la humanidad”. Ningún ser racional en este planeta podría afirmar que la existencia de homosexuales puede peligrar la continuidad de la humanidad. De hecho, muchos homosexuales tienen hijos. Este discurso, que insiste que la homosexualidad podría tener efectos similares a la “bomba atómica”, no es más que otra estrategia de demonización contra los homosexuales al tratarlos como un “mal”, un “peligro para la humanidad”. Para este “peligro contra la humanidad” Hitler, Mussolini, Franco y Ahmadinejad han dado su “solución”.
Los mismos imaginarios sociales sobre los gays que se expresan en este artículo, son los que se manifestaron durante toda la historia y son bastante parecidos a los prejuicios que también se tuvieron y se tienen contra los judíos. También se ha dicho que los judíos “peligran la humanidad”, que son “pervertidos”, “desviados”, “discriminadores”, etc.
El artículo finaliza en la segunda nota a pie de página diciendo “Para el judaísmo, la homosexualidad contraviene la verdadera estructura de la anatomía de los sexos que fue diseñada por las relaciones heterosexuales. Sin embargo, no desprecia, no aparta ni juzga a quien podría considerar errado”.
Dentro del judaísmo hay varias corrientes e interpretaciones y así como hay corrientes que rechazan la ‘ley del vientre judío’ como definición de la identidad judía, también hay corrientes judías que aceptan la diversidad sexual.
En resumen, por más que de este artículo no surja ningún debate es posible afirmar que todos los textos discriminatorios y ofensivos que fueron publicados en los últimos doce meses ya fueron respondidos y ninguna manifestación discriminatoria se ha dejado pasar. Como judíos (y como seres humanos) debemos repudiar no sólo el antisemitismo sino también defender a los que son discriminados por ser homosexuales, lesbianas, conversos, hijos de matrimonio mixto, etc.
4 comentarios. Déjenos su comentario:
Nunca más Comunidades.
Al menos hasta que se retracten. Es cierto que es una nota firmada pero hay consentimiento editorial.
Felicitaciones!!! Es muy bueno el artículo.
me parece terrible lo que escribieron en ese texto de COMUNIDADES. Le agradecemos al autor, en nombre de la comunidad gay, por la valentia y el coraje en la respuesta.
muy buen texto!!! Emocionante y conciso. Invita a la reflexion en un tema pocas veces explorado.
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