Es un programa del Joint que busca acercar a los chicos a la educación no formal judía a través de un formato en el que los participantes eligen las propuestas según su propio interés.
El Proyecto 13/17, destinado a convertirse en un espacio de pertenencia judía no formal para adolescentes que están fuera del ámbito comunitario, fue un “éxito” el año pasado y en lo que va del 2008, por lo que superó las expectativas de los organizadores, según expresó en diálogo con la Agencia Judía de Noticias (AJN) su directora, Romina Seltzer.
Actualmente, un 60 por ciento de los adolescentes que participan no pertenecen a ninguna institución judía y aunque hay un 40 por ciento de jóvenes que ya asisten a una escuela, club o centro comunitario, el “foco”, según la dirección, son aquellos que quedan fuera de ese marco.
13/17 es un programa del Joint Distribution Comitee que nació en 2003 como una propuesta de vacaciones para los hijos de las familias que la organización ya ayudaba desde que decidió invertir en diversos proyectos de acción social en Argentina, que salía de la profunda crisis del 2001.
La actividad se realiza todos los martes y jueves de enero, y todos los jueves de febrero por la tarde en el club Amsze de la localidad bonaerense de Tigre.
Allí los participantes eligen entre variadas disciplinas y propuestas artísticas (música, baile, teatro, artesanías), deportivas (fútbol y voley) y culinarias (cocina de comidas típicas).
En enero pasado llegaron a participar mil chicos en un día y desde 2007 también se hace una actividad mensual a la noche.
El acercamiento a la educación judía se da a través de los mismos talleres: cocina de comidas típicas como el humus (pasta de garbanzos) o la tjina (pasta de berenjenas), rikudim (bailes israelíes) y creación de tarjetas por el Año Nuevo judío.
Además, se busca utilizar un lenguaje “amigable” en lo relativo a la religión, ya que hay que tener en cuenta la heterogeneidad del público.
La iniciativa tiene una propuesta diferente a la de los espacios de educación no formal tradicionales: no hay grupos formados por edad, sino que se van formando según el interés de los adolescentes; no hay coordinadores grupales asignados sino profesores que están al frente de los diversos talleres y el formato es libre, es decir que los chicos eligen qué hacer entre varias ofertas que se superponen y pueden llegar e irse a la hora que prefieran, con previa autorización de los padres.
Seltzer hizo hincapié en el minucioso cuidado de la calidad de la imagen, ya que “los adolescentes la cuidan mucho” y resaltó la importancia de “que todo esté lindo y cuidado” para atraer a los jóvenes.
Para ejemplificar, comentó que el último evento de 2007 se realizó en el Buenos Aires Desgin, un lugar “cool”.
También se mostró “más que satisfecha” por la respuesta de la franja de edad ante el cambio de locación (ahora es más difícil llegar en tren o colectivo) y el aumento en el precio de la actividad, que vale 12 pesos.
Para este año, Seltzer remarcó que el principal desafío es “seguir llegando a los jóvenes que están fuera de los marcos comunitarios”.
Para eso, los integrantes del staff de profesores recorrieron colegios donde hay alumnos judíos (Ser, Ecos, Paidei, Gabriela Mistral, entre otros) y lugares que frecuentan los chicos de entre 13 y 17 años.
“Queremos encontrarlos, porque 13/17 es una marca, ya está posicionada y
los que vienen se quedan”, concluyó Seltzer.
ND-HDB
Fuente: AJN
viernes, 8 de febrero de 2008
13/17: un éxito del que participaron miles de adolescentes en lo que va del año en Argentina
Secciones: Comunidad Judía, Noticias 2007-2008
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